Podrían haber ido juntos a “Vértigo”, hacer shows discotequeros y cortar grandes sumas con exclusivas a programas de farándula, pero Mariana Marino y Agustín Pastorino se están viviendo este esperado reencuentro a solas en las cuatro paredes de la casa del argentino. “El amor no es un espectáculo”, afirma él.
La temporada primavera-verano ha sido clave en este proceso de limar las asperezas que les dejó el reality “Mundos opuestos”, donde ella pololeó con Sebastián Roca. Auspiciados por el sol y el anochecer más tardío, la pareja pudo reencontrarse en los carretes de los argentinos. “Volví a ir harto a su casa, a juntarme con mis amigos, a días de piscina y asados. Se podría decir que la carne nos juntó”, cree Mariana.
Para la modelo esta experiencia paulatina de coqueteos y conversaciones en torno a un mate la tiene encantada, lo que confirma que se quedó con el pan y la torta. “Nos estamos dando el tiempo de conversar, saber cómo estamos, qué ha sido de nuestras vidas, ver qué nos pasó, poder abrazarnos”. Eso sí aclara que no hay besos ni una relación aún.
Agus apoya esto de moverse tranqui en las mareas del amor, porque “estamos en un momento donde la prioridad no es darse besos, ni acostarse, lo importante es recuperar el feeling”, reflexiona.
Por lo menos la cosa rica está y ambos lo confirman. Mariana exclama sin tapujos: “Nos gustamos”; Pastorino suma que “sí, nos gustamos, siempre me gustó, también la quiero un montón, la cuidaría a sabiendas que no es mi pareja, lo traté de hacer en el reality. La abrazo como a cualquier amigo, pero con más énfasis”.
Como la cosa va lenta la expectación periodística crece y hay noteros de punto fijo afuera de la casa del porteño, donde ella va casi todos los días. Mariana cree que están ahí en la “espera de que salga y diga: sí, desde hoy estamos juntos ”.
INFORME: LUN
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