Si en el amor no hay confianza, no hay nada. Algo así dicen los que
aseguran que cachan de los dolores y alegrías que se producen cuando el
cucharón es clavado por las flechas de Cupido.
Esta máxima parece que no está muy cimentada ni es parte de la
relación que tienen Dominique y Joche dentro de la casa bipolar de Mundos Opuestos.
Todo los que siguen el reality del 13 los han visto pelear y
abuenarse, agarrarse del moño y reconciliarse, mientras se dedican desde
añuñucos hasta fuertes palabrotas.
Según confirmaron sapos a La Cuarta, la última de
los tortolitos es de antología: en una conversación a días de la partida
de la chicuela a Shangai, el che le pidió, luego le rogó, para de
inmediato exigirle y terminar diciéndole que no soportaría otra
infidelidad y que más encima todo el país lo supiera.
El hombre de hablar cantadito por su origen cordobés le advirtió que
no aguantaría ni siquiera una acción que sugiriera remotamente que su
pierna suave le fue infiel o coqueta con Roca, el otro que va de viaje
al país del chinito won.
Nuestros dateros, ahora disfrazados de poste de malla de kiwi, nos
aseguran que aunque el cabro se ve gigantón y todo musculoso, es un niño
que tiene su corazón herido desde que supo que Michelle Carvalho le
había puesto de manera magistral los cuernos, y de pasada se lo fue a
decir en la cara y ante todo Chile para no quedar de taaan mala.
Y QUE NO ME DIGAN EN LA ESQUINA
Ahora, aunque entre los dos viajeros no se ha visto onda ni nada por el estilo, igual Joche está cachudo. ¿O será que le lelen los cuernos por todo lo que ha sucedido en Barcelona entre su ex brasileña y el pelotero Alexis Sánchez?
A esto se suma el bullying que sufre el cornud... perdón, el
argentino, pues en la casona de Pirque andan gritando a los cuatro
vientos que le van a poner el gorro... y con cuática.
El tema es que Joche se puso el parche antes de la herida y dejó la cosa clara, pero confía taanto
en su pareja que no le apostaría ni un peso a la fidelidad... En una de
esas no pasa naipe en China y tendrá que guardarse todos sus miedos y
podrá así celebrar tranquilo el cumpleaños del Tito.
La pregunta del millón es: ¿Y qué piensa Mariana de este viaje?
INFORME: La Cuarta
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