“Tengo un trauma desde que era chica. En mi casa vivían tres tíos que estudiaban, por lo que la familia la componían siete personas. Pero los domingos, cuando no iba la nana, yo tenía el deber de lavar los platos. Era lo único que tenía que hacer. El problema es que mi familia es muy buena para comer y en ese momento éramos siete, más los primos y los abuelos que llegaban. Para mí era una tortura lavar los platos. Siempre me ponía a llorar, inventaba que estaba enferma. De ahí que dije que nunca más iba a lavar los platos”.
INFORME: LUN
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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