Momento de cultura democrática. Entre mesas llenas de periodistas, fotógrafos y un notero disfrazado de Yerko Puchento, Antonella Ríos (36) cruza parrillas, ensaladas de porotos, bandejas con lechugas, choclos, frutas y chorizos. Ella busca a la que fue su contendora circunstancial, la misma a quien quiere felicitar: Antonella quedó segunda en la elección para reina del Festival de Viña, tras Dominique Gallego (22), quien casi al final de la terraza del Hotel O’Higgins mastica un trozo de carne junto a la alcaldesa Virginia Reginato, Pancho Saavedra (generalísimo de campaña) y unos señores más. Antonella aparece.
Solicitada por fotógrafos (con hambre) que querían documentar el momento, Ríos llegó a felicitar a la reina, saludó a la alcaldesa, a Saavedra y se quedó parada al lado de la mesa. Dominique ni se paró y lanzó un efectivo “ya, es suficiente”. Al parecer con ganas de seguir comiendo. El doble de Yerko Puchento quedó para adentro, la saludadora también.
“Me sentí mal. Como buena perdedora vine a saludarla, ella estaba almorzando, quizás se sintió incómoda, creyó quizás que venía a molestar”, reflexionaba luego Antonella, durante el almuerzo que “La cuarta” brindó a la prensa.
-El saludo fue frío, como desaire, Antonella.
-Quedé un poquito plop. No quise quitarle atención, ni tirar mala onda, quedé como pollito al lado.
Dominique, ya en el postre, recordó el hecho sin dramatismos: “El saludo fue diplomático. Ella vino a saludar y es lo que corresponde”.
-¿Algún problema, Dominique?
-Para nada, pero estábamos almorzando con Pancho, la Tía Coty, los auspiciadores, tampoco daba para una conversación. No hay mala onda.
INFORME: LUN
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