miércoles, 15 de agosto de 2012

David Dubó encontró al hombre que tiene su Fiat 500


El martes en la tarde, un hombre de edad avanzada golpeó la puerta de la casa de los padres de David Dubó. Le abrió la novia del karateca. “Yo soy el que tiene el Fiat 500”, dijo el hombre. Este señor se llama Patricio Cummins, tiene 74 años y, al igual que Dubó, tuvo la mala fortuna de hacer negocios con la automotora D’Loreans Cars.
Hace tiempo que Cummins tenía ganas de comprar un Fiat 500 para regalárselo a uno de sus hijos como premio por haber terminado la universidad. A principios de julio encontró en el diario una oferta tentadora. El aviso, recuerda, decía algo así como “Vendo Fiat 500 del ganador del Reality en 7 millones y medio”.
Dice que ni siquiera entendía lo que significaba la palabra reality. “¿Este auto participó en un rally?”, les preguntó a los de la cuestionada automotora. “Se rieron y me explicaron que no, que era el auto que había ganado un muchacho del reality Mundos opuestos de Canal 13. Mis hijos me dijeron que se trataba de un karateca resimpático”, cuenta. El martes lo conoció en persona.
Según el karateca, Cummins se cayó de espaldas cuando le contó que había sido víctima de una presunta estafa, que les había dejado un Toyota y el Fiat 500 a la automotora para que se lo vendieran, pero que nunca vio un solo peso. Hubo una pequeña discusión. “Le dije que me entregara el auto, pero no me lo quiso entregar por las buenas. Así que voy a tener que esperar a que la fiscalía diga que es mío para requisárselo”, dice Dubó.
Cummins dice que está tranquilo. “Los de la automotora me llamaron y me avisaron que tenían la transferencia lista. La tengo en mi poder, firmada por este chico Dubó ante notario. ¡Qué más quieren si yo no le he robado nada a nadie! Pagué mi plata en efectivo y tengo los recibos”, dice. “Tengo todos los papeles en regla y el auto es legalmente mío. Incluso lo aseguré cuatro días antes de retirarlo. Yo creo que David quizás les dejó la transferencia en blanco. Yo la tengo, está firmada ante notario y ahora está todo a mi nombre. Parece que este chico, con la pena que tiene, está diciendo a través de la prensa cosas que no corresponden. Yo, de verdad, lamento mucho lo que le pasó y espero que pueda solucionar el tema con la automotora lo antes posible”.
Pero Dubó dice que tiene una carta bajo la manga. O mejor dicho, una factura. “La fui a buscar a la productora encargada de entregar los premios de Mundos opuestos. Aquí está mi nombre, aquí el modelo del auto, el número de chasis, todo”, dice mostrando el documento. “¿Por qué crees tú que el señor Cummins fue a mi casa?”

-Ni idea.
-Porque fue a buscar esta factura, la original. Él seguramente tiene una copia, pero con la copia no se puede hacer la transferencia. La factura la tengo yo. Lo que él debe tener son los recibos del auto que pagó a la automotora, que son los mismos recibos que pagué yo por el Mazda, pero no hay ningún documento que atestigüe que el Mazda era mío y por eso lo tuve que devolver. Así que dime, si él dice que tiene todos los papeles en regla, ¿por qué fue a mi casa a pedirme la factura original?

-Él dice que tiene un documento firmado por ti.
-Yo no firmé ningún documento que tenga alguna relación a una transferencia. Estos tipos de la automotora deben funcionar con notarios truchos. El señor Cummins fue otro estafado más.

INFORME: LUN

No hay comentarios:

Publicar un comentario