miércoles, 15 de agosto de 2012

Dubó cuenta cómo perdió el Fiat que ganó en el reality


David Dubó llegó cansado el lunes a su casa en Maipú. “¿Veamos las noticias, Cata?”, le dijo a su esposa, para romper la rutina. Casi nunca las ven porque entrena todo el día y termina reventado. Pero ese día el karateca, medalla de bronce en los Panamericanos del 2007 y 2011 y ex integrante de “Mundos opuestos”, decidió prender la tele y ver qué pasaba en el mundo. Acto seguido quedó helado. Sólo atinó a gritar: “Cataaaaa, nos estafaron”.
En Chilevisión mostraban una presunta estafa hecha por una automotora llamada D’Loreans Cars. Un montón de personas aparecía en cámara reclamando que no les respondían por sus autos ni les entregaban los papeles de los que habían comprado (ver recuadro).
Dubó tragó saliva. Justamente un mes atrás había dejado allí tres vehículos para venderlos.
“Fue un Toyota Yaris año 2008 y el Fiat 500 que gané en el reality. Además, les pasé un cheque por 273 mil pesos para la transferencia y me llevé un Chevrolet Astra 2008, que después no me gustó y lo cambié por un Mazda 3 que tenían en la misma automotora. En esa oportunidad, para comprarlo, les dejé también cinco millones de pesos, en espera de que se vendieran los otros autos míos”, recuerda.
Todo eso ocurrió entre el 12 y el 23 de julio y había llegado a ese local por una recomendación. El problema, asegura el especialista en artes marciales, fue que después de pasar los autos nunca más supo del negocio, de transferencias, de dineros ni de documentos.
“Eso ya me tenía medio nervioso. El mismo día que vi la noticia los había llamado varias veces durante la tarde y nadie me contestaba”, cuenta con rabia.
El acabose, sin embargo, ocurrió ayer. A las 10.30 horas Dubó apareció por la automotora de avenida Larraín y se encontró con un peladero. “No había secretarias ni vendedores, estaba abandonado y aunque quedaban unos pocos autos no eran los míos. Y había otros clientes en las mismas que yo. Era triste y desolador”, relata.
Así que partió en su Mazda 3 a hacer la denuncia a la 33º Comisaría de Carabineros Ñuñoa. Sólo que allí los funcionarios de verde, junto con tomar sus datos, le dijeron que la patente del auto que manejaba tenía encargo por robo. Y también se lo requisaron. El karateca, ya masticando la rabia, tuvo que llamar a su familia para que lo fueran a buscar. “Esto me pasa por ingenuo y confiado”, reconoce, ya haciéndose la idea del periplo legal que le espera.
Judicialmente, este tema está radicado en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, donde el fiscal oriente Felipe Díaz ya formalizó al anterior dueño de la automotora por los presuntos delitos de estafa y defraudación. “No se han cumplido varias obligaciones con las personas que dejaban su vehículo en consignación”, le dijo a Chilevisión Noticias. Pero aún parece quedar paño por cortar.


INFORME: LUN

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