viernes, 20 de julio de 2012

Ahora Es Fanny "Pardete" Cuevas


No debe ser fácil llegar y entregarse a las manos de un galeno de hule para que te entre a picar la humanidad. ¡Es que no somos un roboc!
Por eso es que mi tía andaba terrible de saltona en la previa de lo que fue la operación que le cambió la vida para siempre. ¡Chan!
Tipín 9 de la matina Fanny se apersonó en una pirula clínica del sector precordillerano de la capital, donde la esperaban los bisturís recién afilados. No hay que olvidar que la cabra desde que salió de Mundos Opuestos gritó a los cuatro vientos que quería puro agrandarse el do de pecho.
Cuento corto, ayer la morocha de la mansa retaguardia le dijo upa chalupa al doc y se dejó rayar el cuerpecito para que le dibujaran el mapa a seguir con la quisca y así poder introducirle los implantes de silicona. Y ojo, que no son como una bolsita de té, sino ella quería 375 cc por lado.

CON JULEPE

Antes de entrar al recinto de enchulamiento, un enjambre de ágiles intentó con las patas y el buche sacarle informeichon a la morenaza del momento.
Pero mi socia, habilosa ella, no halló nada mejor que mostrar su cambio de airbags para las cámaras de los siempre listos de Primer Plano, donde esta noche lucirá su soñada y mejorada delantera con neblineros.
Tantas eran las ganas de saber cómo estaba Fanny a minutos de cerrar las pepas por la anestesia, que sin querer queriendo se le salió que “estoy muy ansiosa, cumpliendo un sueño que tuve desde siempre y ahora estoy feliz (...) Ojo, me voy a poner un poquito menos de lo que se ha dicho”.
Tras casi tres horas de operación, donde además aprovechó de limarse el huesito de la nariz, Fanny quedó lista pa’ lucir sus nuevos parachoques... Y adivinen quién será el primero en tasarlos, el suertudo de su espinilludo pololo, Benjamín Canales, quien hace ya casi tres años que tiene flechado el cuore de la nueva musa de Yingo.
“Ojalá que salga todo bien y estoy feliz por ella”, dijo el broca mientras su pierna estaba en el quirófano.

MÉTELE QUISCA

A todo esto, nos soplaron por ahí que segundos antes de que le aplicaran la anestesia, Fanny entró en pánico. Se asusto un poco y los nervios casi le juegan una mala pasada. Por suerte la cosa no pasó a mayores.
Ni les explico lo que ocurrió en plena operación, ya que el galeno de hule cachó que mi socia estaba quedando corta de espaldas con los 375 cc que quería la pequeña maravilla en cada pechuga, razón por la cual cambió los implantes por unos de 300 y le arregló la ñata.
Ahora dicen que la chicoca quedó como musa inspiradora. De frente y de espalda.
INFORME: La Cuarta

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