Cuando volvió a la realidad, Agus entró a su cuenta de Twitter y casi se cayó de espalda con la cantidad de seguidores que tenía. La mayoría admiradoras que clamaban por un saludo en la red social. Y él, amoroso, comenzó a responderles a todas y las malacostumbró. Ahora se enojan si el argentino, ex amor de Mariana Marino, no les contesta.
“Paso pegado al celular. Cuando estoy con mis amigos en un asado tienen que retarme para que la corte”, dice, contando que acaba de cambiar su blackberry por un iPhone.
-Ah, adicto.
-Es que disfruto respondiendo a la gente, es la forma que tengo de retribuir el cariño. Ahora trato de evitar twittear cuando comparto con amigos, porque igual es medio irrespetuoso de mi parte. A veces me llama mi mamá y no le contesto porque estoy escribiendo, jajá.
-Pero, ¿cómo responder a tus 55 mil seguidores?
-Leo todo, pero me demora mucho tiempo contestar. La gente me cuenta cosas que vieron o escucharon de mí. Y yo les aviso en qué ciudad voy a estar, en qué hotel, así las chicas que no pueden ir al boliche, porque son menores de edad, les digo una hora y nos tomamos alguna foto y conversamos. Muchas vienen con sus mamás. No cuesta nada hacerlo. O en ciertos lugares me escriben estoy sentada en la mesa atrás tuyo, ¿puedo ir a tomarme una foto contigo?
-¿No te agota pasar tan conectado?
-Yo lo hago por placer, pero sí, te consume mucho tiempo. Una vez quise poner horarios para contestar, pero fue imposible. Les dije a las agustinitas que respondería de 9 a 10 de la noche y muchas me tiraron la bronca, jajajá. El único momento en que me desconecto es cuando me subo a un avión y me obligan a apagar el teléfono.
INFORME: LUN
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