lunes, 16 de julio de 2012

Thiago sale de noche con guardaespaldas de más de dos metros

Pasadas las dos de la madrugada del domingo, un robusto calvo con cara de pocos amigos llegó hasta la discotheque Coyotes Club, en Melipilla. Muy serio, reunió al grupo de guardias que trabaja de manera habitual en el local. “Tenemos que rodearlo, como una barrera humana. No lo pueden tocar, pero hay que hacerlo sin empujar a nadie”, fueron sus precisas instrucciones.El grandote era Eduardo Monardes, más conocido como Drago, y se refería a Thiago Cunha, su nuevo jefe. Con sus 2,10 metros de estatura trabaja hace 18 años en el rubro de la seguridad y fue contratado como guardaespaldas del brasileño en su regreso a los eventos discothequeros, tras el accidente donde se quemó el rostro y las manos.


Eso sí, el bailarín, que con su 1,85 metro parecía el llavero del grandulón, no lo contrató al azar. “Se conocen desde Porto Seguro. Él es de confianza, sabe las mañas de Thiago y conoce sus gestos cuando quiere que lo bajen del escenario o necesita algo”, explica Carolina Eltit, su manager, quien detalla que le pagan “80 mil pesos por cada evento. Drago es gigante, conoce el tejemaneje de este asunto y es necesario, porque en algunas discos con más chicas los guardias no dan abasto”, añade.
Y el hombre cumple su misión. Cuando a las 2:40 de la madrugada el brasileño llegó al local de Melipilla, Drago se convirtió en su sombra y en menos de tres minutos lo llevó hasta el camarín, sin que nadie le tocara un pelo.
Durante los 30 minutos que duró el show, el calvo guardia estuvo sobre el escenario, atento a cualquier movimiento, como cuando unas encendidas chiquillas subieron a bailarle sensualmente al brasileño y lo toquetearon entero. También se preocupó de tenerle a mano una toalla y una botella de agua a su protegido que sudaba la gota gorda de tanto bailar. Cerca de las cuatro de la madrugada y con la misma estrategia que se usó a su llegada, logró salir de la disco y una van lo esperaba en la puerta. Drago por fin respiró tranquilo.
-¿Volviste a trabajar con Thiago?
-No te puedo dar mucha información de con quién trabajo. Pero sí, Thiago se siente más cómodo de trabajar con gente que conoce. Yo sé lo que él necesita para trabajar.
-Lo cuidas como hueso santo.
-Me preocupo desde por dónde va a caminar, que no le hagan daño hasta si tiene todo lo necesario para actuar. Por ejemplo, si veo que su vestuario tiene un agujero, aviso para que lo solucionen. Es un trabajo integral, de producción, donde mi fuerte es la seguridad.

INFORME: LUN

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