Más de 1.500 califas fueron a ver el show que se pegó la madrugada del domingo la brutal Mariana Marino. Y pa’ que cache, la chiquilla revolucionó el local y sin ni una pizca de vergüenza hizo un infartante número de strip dance, para luego tirarse unos pasos con los cabros en la pista de baile.
Y como si fuera poco, entre tanto meneo sirvió copetitos a los garganta de lata que con tanto sandungueo quedaron más secos que escupo de momia.
Al contactarnos con la ricura para que nos dijera cómo lo había pasado, contestó: “Muy bien en el aniversario de la disco y bailé con mis amigos”.
PASTEL MAMÓN
Por su litro Sebastián Roca debutó este fin de semana en los eventos discotequeros para llenar su chauchera con varios pesolios más.
El cabro bueno pa’ subir cumbres partió el periplo fiestero en la disco Grado 6 de Curicó, el viernes, llenando el local con 1.000 personas. Pero el sábado en la noche la prensa farandulera pudo apreciar en vivo y en directo, en Coyotes Club de Melipilla, los dotes artísticos del ganador de Mundos Opuestos.
Roquita llegó a eso de las 02.30 al brillo y dejó laca en el recinto. Las “roquitas” y la prensa se le tiraron encima y entre tanta tole tole se rompió una de las puertas principales de local. Además, el cabro compró terreno, luego de los empujones y codazos.
El show finalmente partió a las 03.30 y apareció tocando el yimbé, que es un tambor. Luego bailó, desfiló y se acercó peligrosamente a las fanas, quienes lo agarraron y casi lo hacen chupete.
Finalmente hizo un concurso donde cuatro chiquillas se la jugaron con todo en hacerle un baile sensual, con la única condición de no tocarlo (foto del costado).
Si bien el cabro se echó al bolsillo cerca de tres palos por su presentación, no quiso dar piquitos ni mostrar calugas. “Eso no va conmigo. Obviamente, hay un respeto por ella. Tampoco es mi perfil andar tocando o que me toquen”, soltó descartando que su pololi no le diera permiso para eso.
Ante la respuesta, la reportera pop hizo todo el intento sobrehumano de robarle un beso, pero Roca fiel a su Marianita no quiso. Un pastel mamón, lo que alabó Mariana: “Está bien lo que hizo, no tiene por qué prostituirse”.
INFORME: La Cuarta
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