“Cuando me vio, me agarró, me abrazó fuerte y no me soltó más… Fue lindo, lindo de verdad. Tenía mucho miedo de que no me reconociera”, relata Thiago Cunha sobre el reencuentro con su hijo Pedro, de casi dos años.
“Cuando recién salí del reality y viajé a Brasil no sabía quién era yo y encima ahora mi cara estaba distinta, pero supo que era su papá… Lo necesitaba tanto. Estar cerca, jugar, hacer tonterías, verlo reír”, dice el bailarín que estuvo 8 días en Sao Paulo, tras recuperarse del accidente con fuego que sufrió en una discoteca en Copiapó.
Como no se puede exponer a la luz solar ni la humedad, que en esa ciudad brasileña es muy alta durante el día, Chuchuca pasaba encerrado con su regalón. “Jugamos tanto, te juro. Pero no con juguetes. Pedro no tiene miedo a nada, es bien loquito y le gusta que le haga el avión, que lo tire a la cama y le haga cosquillas, que lo cuelgue. Es muy bruto”.
-¿Colgarlo?
-Sí, lo tomaba de los pies y le daban ataques de risa. Cuando el sol se iba, salíamos al mall con mis papás. Quedó loco con un dinosaurio que vimos (en la foto) y quería subirse en él. No es miedoso como yo.
Pedro vive con Tatiana, su madre y ex pareja por 3 años de Thiago, pero “todos los días lo lleva a casa de mi madre (Miriam), va a trabajar y en la noche lo recoge. Está tan acostumbrado a ella que no deja que nadie más lo alimente. Me costó convencerlo, pero lo logré”.
-¿Qué disfrutaste más?
-Dormir juntos. Sentir su olor de guagüita, ducharnos y verlo con su mini cepillo de dientes en la boca no lo voy a olvidar nunca.
Y remata: “Volver a Chile es duro, pero le hablo, le digo que todo es por él. No sé si me entiende, pero necesito decirle que me voy y no dejar que despierte solo”.
Ducharnos y verlo con su mini cepillo de dientes en la boca no lo voy a olvidar nunca
INFORME: LUN
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